Cuando compré los pasajes a Singapur, lo hice confundida entre Sri Lanka y Filipinas, es decir que pensé que no necesitaba visa para entrar al país. Una vez revisando escalas y tiempos entendí que era un poco más complejo de lo que creía: necesitaba visa de tránsito para pasar por Sri Lanka.
Rápidamente y con angustia estomacal visité San Google y logré realizar los trámites por internet. Me dije: "Mi misma, esto salió bien, ahora vas a conocer otro país más".
Salir de Londres con dos maletas en transporte público es relativamente fácil, quemas energía subiendo escaleras en algunas estaciones y siempre, siempre encuentras a alguien que te ayuda a cargarlas. Luego te metes como si fuera Transmilenio y descubres que todo va de maravilla.
Al llegar al aeropuerto de Londres lo primero que hice fue devolver la tarjeta del metro para que me devolvieran 7 libras (en este viaje cada centavo cuenta). Luego encontrar el staff de Sri Lanka Airplains.
Con mi suerte (y le agradezco mucho a ella que siempre todo, todo me sale bien) me atendió un hombre divino, italiano de mamá venezolana, coqueto como él solo que me pasó las maletas con exceso de equipaje. Estoy comenzando a dudar de mi talento para coquetear, por que hubo un momento en que me dijo "Porque no te casas, si quieres viajar por Europa" y yo en vez de contestarle "dale cásate conmigo", le respondí "no que va, no se necesita de ningún hombre para poder viajar" (¡soy una tonta!, la respuesta ideal la imaginé después cuando no tenía la presión del viaje).
Después de hacer check in fui a que me devolvieran los tax de la maleta que compré, 14 libras, que se convirtieron en 10 por causa de cobros administrativos, pero eso es mejor que nada.
Llegué a la sala de espera con el tiempo contado. Cuando me subí al avión descubrí que las azafatas están vestidas con la ropa del país, como indias (con pantalones sueltos, blusa corta y tela puesta a sobre esto), y la verdad la mayoría de los pasajeros son color "café con leche" (como los indios de la India), así que me imaginé que en cualquier momento iban a comenzar a bailar como buena película de Boliwood.
El vuelo fue muy bueno, es la primera vez que la comida de avión me sabe tan rico, esto se debe a que en esta región del mundo todo lo cocinan con base en currys, siempre tienen un pique escondido. Pedí para probar la Kahula (creo que se escribe así), para darme que ya la conocía, es el trago dulce, dulce que tiene un elefante en la botella. Comida con vino blanco y agua. Desayuno con café y jugo.
Llegamos a Colombo con una diferencia horaria de aún no se cuantas horas, y ahí fue cuando descubrí que a pesar de tener la visa de tránsito, necesito una reserva de hotel para que me dejen salir del aeropuerto, cosa que me parece absurda porque solo voy a estar 12 horas en el país, pero así son los aeropuertos, así es migración en cualquier parte del mundo.
Ya solo me quedan 10 horas más de espera...
Con Ana Gabriel sonando en Caracol te leo y me río como una loca... "Amiga, mientras haya una esperanza" (dice la canción) se puede todo. Que vertiginoso tu viaje, mucho más emocionante que estar sentada en un escritorio (aunque disfruto mi trabajo a veces me gustaría desconectarme, tu sabes)... disfruto un montón leerte. Te extraño mucho, sobretodo hoy que tengo como la vibra densa (cansancio físico), quisiera tener un avión pa' alcanzarte... besos y abrazos llenos de muuucho amor!!!
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