Se que es feo comparar y que la mayoría de las cosas que uno comprar suelen ser "peras con manzanas", pero es inevitable hacerlo.
Escribo en el último día de mi viaje. Estoy en Nueva York, madrugando (parece que ningún lugar del mundo me quitará esa costumbre) y miro hacía atrás sin intensión, solo un poco sorprendida de lo extraordinario que ha sido este año y un poco temerosa de lo que viene (tengo un pensamiento sobre el equilibrio divino y me ha ido tan bien que me da miedo que la balanza se voltee).Llegué a Nueva York cansada, pensando en el final de mi viaje, pensando en errores imaginarios (¿será qué estuvo bien viajar a lo largo del mundo con plata prestada?, ¿será qué está bien estar en Nueva York con María Sanín?, ¿será qué debí volver a Colombia mucho antes?, ¿será qué la plata me alcanza?..), pero como siempre, los miedos y las quejas se dispersan cuando decides vivir, y yo no me quería amargar los últimos 4 días de viaje.
Nueva York, la gran manzana, la gran ciudad... sigue siéndolo, siempre lo será. Estuve cuatro días relajada, haciendo solo aquello que realmente quería, esta es mi segunda visita a la ciudad y por lo mismo decidí visitar los sitios que no conocía, tomarme el tiempo para dejar atrás ser turista con todos los "debes" que eso implica.
Un paréntesis en esta parte:
En Rusia, como Marijuli y yo íbamos con Laura y Juanita todos los planes eran "debemos visitar", porque se supone que cuando vas a un lugar y no conoces lo que se "debe" es como si no hubieras estado en ese país. En Nueva York tuve la oportunidad de elegir no ver la estatua de la libertad o el memorial 9/11, que me juzguen los demás por no querer ver lo que todo el mundo ve.
Así fue como visité lugares que no conocía y decidí invertir mi dinero en una experiencia que sí quería tener desde Londres: ir al musical del Rey León. Es decir que mi experiencia fue la gratuita (caminar por Central Park, Time Square, Brooklin, High Line, Chelsea Market, Washington Square, etc), tuve tiempo para asumir que vuelvo a Colombia, tuve tiempo para pensar y pensar.
El puente de Brooklin me encantó |
Strawberry Fields - lugar en Central Park dedicado a John Lenon (Uno de los muchos homenajes públicos, aquí en cada esquina, cada banca está dedicado a alguien o algo) |
No puedo asegurar que no volveré a estar triste o brava o aburrida de la vida en Bogotá, pero se que después de viajar quiero seguir haciéndolo, el mundo es demasiado grande (o pequeño, depende de la perspectiva) para quedarse encerrado. La plata no es problema, siempre aparece, lo difícil es salir de Colombia.
Los mensajes llegan desde cualquier parte |
Ahora una comparación que le da el nombre a la entrada, cuando visité Hong Kong tenía en mente Nueva York por los rascacielos, por el espacio (una isla), pero ahora que estoy aquí se que no tiene nada que ver una ciudad con la otra, Hong Kong no tiene espacio, en cambio aquí no sentí la misma claustrofobia... Quizá es solo mi perspectiva.
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