jueves, 14 de noviembre de 2013

Escocia, los planetas se alínean

Después de pasar una semana en Londres, cuando terminé mi curso de inglés, decidí dejar de ser visita y pasar una semana viajando. Compré mi pasaje en bus nocturno para Edimburgo (son 10 horas de viaje y la idea era dormir toda la noche), así que llegué a Escocia en la mañana de un lunes.

Londres de noche

Y amanecí en Escocia
Edimburgo es mágico, la ciudad se divide por puentes, la parte "moderna" de la ciudad vieja. Al llegar me uní a un tour caminando gratuito en el que me explicaron todo lo relacionado con parte de la historia de la ciudad.

Bobby es el perro que esperó a su amo en la estación de tren durante 30 años (creo) después de muerto. Según los escoceses la película qeu cuenta la historia es muy mala. 

El cementerio de Edimburgo es bastante famoso y muy bonito.

La tumba que inspiró a la autora de Harry Potter.
En medio de la caminata conocí a un italo-canadiense que fue mi compañía durante dos días. Con el decidimos hacer el "Whisky experience", almorzar y salir a tomarnos algo.




Con Sandro (ese es su nombre) nuevamente conocí las ganas de cambiar de vida en otra persona. Su historia es igual de particular a la de miles de viajeros. El atravesó Europa en bicicleta durante dos meses, se quedó en Italia en reunión familiar durante un mes y luego se dedicó a viajar por otros países durante otro mes, para volver a Canadá. Sus pertenencias caben en un morral, dejó todo en Vancouver (vendió todo) renunció a su trabajo y se dedicó a viajar, pero como era amigo de su jefe, habló con él y le dijo, cuando vuelvas te doy otro trabajo, mejor y en otra ciudad. Mientras estaba conmigo buscaba un apartamento en Quebec. Se reía de su suerte y de como sus amigos la envidiaban. El viaje lo hizo buscando respuestas, la claridad mental que solo no ataca cuando estamos solos, la claridad mental que lo hizo romper una relación de 8 años con su ex-novia, luego de estar un fin de semana acampando solo y sin música (el ipod se le quedó sin batería y terminó casi perdido en un bosque de Canadá o algo por el estilo). Ojo, toda esta historia me la contó antes de que yo abriera la boca, es una gran casualidad.
Después de una muy buena noche, nos despedimos sin saber como contactarnos, así que al día siguiente yo (que no duermo nada así esté trasnochada) salí temprano al castillo de Edimburgo. Sobre el castillo tiene la vista más increíble de la ciudad, además de un sinnúmero de museos históricos. En un momento no disfruté tanto mi visita, mi cámara se quedó sin pilas y no pude tomar fotos, además este era como el sexto castillo que visitaba en todo mi viaje, y créanme cuando les digo que las diferencias entre castillo y castillo están solo en las historias que ocultan (quien los ocupó, las guerras en las que estuvieron envueltos), pero al final son todos muy parecidos.
Al salir del castillo fui a almorzar a un restaurante que nos habían recomendado el día anterior y me encuentro con la sorpresa de que al abrir la puerta lo primero que veo es a Sandro, quien también estaba almorzando en el mismo lugar. La casualidad o el destino (que cursi), pero seguimos hablando otro tanto y luego él se devolvió al hostal y yo me fui a caminar por la parte de Edimburgo que me hacía falta, pero quedamos en volver a salir por la noche. En este momento él me llamaba como "go, go go girl, por que no paraba a descansar. Estuvimos en un pub con música en vivo y comimos muy bien. Aquí hago una pausa y explico, mis 6 kilos de más no solo fueron creados durante Turquía y Rusia, la comida en Escocia es absolutamente deliciosa.
Al día siguiente Sandro viajó a Belfast para terminar su recorrido y volver a Canadá y yo viajé en un tour a través de las Highlands.
Las Highlands, que incluyen el famoso Lago de Ness, recorren varias ciudades del norte de Escocia. En el tour conocí a una canadiense llamada Katherine con quien compartí mi viaje.

¡Otro castillo!

En el Lago de Ness (el monstruo lamentablemente se escondió para la foto)

Con Katherine
 Las Highlands me hicieron sentir como en casa, cada media hora cambia el panorama, están llenas de montañas y los verdes me recordaron a la sabana de Bogotá. El guía era un escoces de esos a los que te toca poner atención para entender el acento. Recomiendo el viaje, es histórico y uno se siente parte de la película Corazón valiente (aunque después de oír la historia real descubres que la historia de Mel Gibson es una adaptación bastante dudosa).

En medio de la lluvia 

Famosas vacas peludas de Escocia, la raza por supuesto se llama Highland

Mi guía en su kilt y fumando pipa, ¿qué más escoces puede ser?
El día terminó en la tarde y aunque quedamos en salir de rumba con Katherine, me eché para atrás y me dormí temprano para madrugar y viajar a Glasgow.



jueves, 7 de noviembre de 2013

Belfast: reflexiones sobre un proceso de paz

Llegué a Belfast en Irlanda del Norte llena de "irish luck", luego de recorrer Edimburgo y Glasgow.
Debía tomar un bus a las 12 del día en la terminal de Glasglow, transporte que me llevaría al ferry. Aquí aclaro que la puntualidad inglesa es real, así que casi me deja el bus, pero como digo la suerte me acompañó.
El primer día en Glasgow fue lluvioso y estuve realmente quieta, descansando de Edimburgo, pero salí en la noche y conocí a Paul, un arquitecto irlandoescocés que me dio consejos sobre Belfast. Mi segundo día en Glasgow lo aproveché para conocer el museo de arte, la universidad y el río, descubrí la ciudad que no había conocido antes, pero tenía tan poquito tiempo que olvidé estar pendiente del bus.

El museo se encuentra en el medio de un parque

Es fácil asociar la Universidad de Glasgow con Harry Potter por su arquitectura

En el centro de la ciudad se encuentra una calle peatonal llena de vida, lo que más se ven son cantantes callejeros

En la bahía del río que atraviesa la ciudad
Corrí por las calles de Glasgow para llegar a tiempo, y lo hice con un minuto de diferencia, minuto que significó atravesarme en frente del bus y rogarle al conductor que me dejara subir por medio de señas. No lo hizo. Me devolví a información para cambiar mi tiquete, cuando alguien me llama por detrás y me dice, el conductor se devolvió por ti. El señor había dado la vuelta a la manzana, solo para recogerme de la forma legal. Fue increíble, me monté en el bus y los demás pasajeros me decían que tenía mucha suerte, que ese tipo de cosas nunca pasaban.

Esta escultura está ubicada a la entrada de la estación de buses, me sentí identificada

El ferry es absolutamente increíble, con casino, restaurantes y tienda "duty free". Muy buena experiencia para casi 4 horas de viaje.




Llegué a Belfast el mejor día del mundo, ya que había una celebración cultural llamada The Catedral. Conciertos en las calles de diferentes tipos de música, cerveza en cada esquina, obras de teatro, muestras de deportes extremos. INCREÍBLE.
Después de dos horas de estar sola, de ver a la gente y tomar cerveza, conocí a una niña irlandesa en la calle. La verdad es que con ella terminamos recorriendo el festival y saliendo a rumbiar. Fue una de esas noches inolvidables.
Al día siguiente fui en un tour para saber la historia de la ciudad. Es aquí en donde encontré tantas experiencias importantes para nosotros como colombianos, ya que en Irlanda del Norte aún están viviendo las consecuencias de un proceso de paz, aún están en procesos de reconciliación.
Vi la ciudad a través de los ojos de alguien que vive en un país en guerra, aunque no la viva en carne propia. Las comandancias de policía en Belfast, al igual que la corte y el congreso son edificios rodeados por muros antibombas, a cada sirena que suena se siente una tensión en el aire.
Las paredes claman con mensajes políticos, con imágenes de ídolos de todos los países del mundo.

"Preparado para la paz, listo para la guerra", ¿fuerte no?

Así es el amigo Chaves está presente en Belfast

Lo grave, más allá de los simbolismos es el sentimiento de odio que se percibe en el aire en algunos barrios.
Belfast fue dividida por un muro, porque creían que si los dos partidos (protestantes y católicos) no se veían podían contener la violencia. Un grupo apoyaba la independencia de Gran Bretaña (el IRA), mientras el otro quería mantenerse.
Hoy todavía, después de firmar un acuerdo de paz en 1998, hay barrios en los que ondean miles de banderas de Reino Unido, hay protestas y según mi amigo Paul, hay barrios en los que muchas personas no pueden entrar porque terminarían muertas.
¿Qué viene para Colombia? No es por nada, pero el territorio colombiano es más del triple que el de Irlanda, y hoy en día la situación de violencia de muchas regiones es muy similar a la descrita (muchos no pueden ir a un lugar por tener un pensamiento político o porque tienen una situación social diferente), entonces ¿cómo lograremos la paz? El conflicto irlandés duró aproximadamente 30 años, el nuestro lleva más de 70... ¿será posible que en un proceso de paz el tiempo sea como el de una desilusión amorosa (dicen que uno supera a la otra persona en la mitad del tiempo que convivió con el otro, es decir que si duraste 3 años necesitas un año y medio para recuperarte)?
Llegar a acuerdos es solo la primera parte, ponerlos en práctica parece un poco más difícil, pero cambiar mentalidades es el verdadero reto, y creo sinceramente que serán nuestros nietos (y ojo no tengo hijos), quienes vivan realmente la paz.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Banda sonora de un viaje, de una experiencia

Se que suena raro pero mi viaje tiene banda sonora propia, construida desde antes de dejar Bogotá y complementada gracias a las experiencias y personas conocidas.

Comienza con "Vamos a darle la vuelta al mundo" de Calle 13, siento que la letra de la canción describe exactamente como me sentía antes de viajar y porque quería salir corriendo: 


Sigue con "Sur o no Sur" de Kevin Johansen, esta canción se relaciona directamente con mi estadía en Cardiff: 


En Cardiff además de las canciones de fiesta (Wake me up, I don´t care, Dimonds, y todas las que también sonaron en Bogotá) hay tres canciones que marcaron momentos de mi estadía: "Lonely" de Akon, porque la canté en una clase y los chinos me hicieron el coro, y después de eso, Kyle me cantó "You are not alone" de Michael Jackson y la tercera canción que además es banda sonora de TODO el viaje sin duda es "Three little birds" de Bob Marley (...don´t worry about a thing, every little thing it´s going to be alrigth... no es necesario decir más). 





Luego de estas canciones hay varias sin orden, Very Superstitious de Stevie Wonder, porque siempre que sonaba conocía a alguien o pasaba algo extraordinario, Ring of fire de Johnny Cash, por que la oí en Escocia e Irlanda sin descanso y cada vez que sonaba me hacía sonreir, Let her go de Passengers, porque simplemente me recuerda a Escocia y a Sandro uno de mis amores de un día. 




Con Jonhfa siempre hay reguetón y está vez en Singapur y Hong Kong sonaron dos clásicos: "Suave"  y "Japón" de Calle 13.  



En Rusia tuvimos un momento de banda sonora en un taxi, lamentablemente no se que canción era, pero en la mente siempre quedará el momento, en Turquía oí mucha música de allá, pero tampoco tengo los nombres, así que agregó unos de los videos grabados por mí: 

El espíritu escoces: 
En Irlanda: 


En Rusia: 


En Turquía: 


En Hong Kong (en este video aparece un templo, en un comienzo las personas preguntan sobre su futuro y agitan una especie de palitos, dependiendo cuantos y cómo caigan interpretan lo que va a pasar):



De vuelta a Bogotá - Realidad

En unas horas estaré en Colombia. Escribo desde el aeropuerto de Fort Lauderdale, luego de una de las peores escalas que he tenido en mi vida (sí, por encima de la de Sri Lanka). Estuve 8 horas en un aeropuerto muerto, con todos los almacenes cerrados y durmiendo encima de sillas incomodas. El problema con la escala fue que era de 12 de la noche a 7 de la mañana. Pero bueno, superada la noche, con un semipeinado que disimule la dormida, lavados los dientes, tomando café y rodeada de colombianos siento que ya estoy en casa.
No puedo dejar de sentir nostalgia. Emprendí un viaje descorazonada, desilusionada, casi como una pataleta contra la vida (algo así como: "listo no me das lo que quiero, lo tomo por mis propios medios, pero jodida no me quedo"), así que recorrí 9 países en 4 meses, conocí gente de todas partes del mundo y gasté plata en comida (llego con 7 kilos de más, pero espero bajarlos comiendo a horas indicadas y las cantidades adecuadas).
Espero continuar escribiendo para contar con detalle sobre Escocia, Irlanda del Norte, Rusia y Turquía (creo que son los cuatro países de los que menos he hablado). Mi computador guarda más de 3000 fotos y llené 3 agendas-diarios durante la travesía. Tengo guardada mucha basura (tiquetes de museos, parques, folletos). Aprendí a tomar té (verde, negro, de frutas, chino... tantas variedades) y a comunicarme en cualquier idioma (el truco está en la actitud).
Me hubiera gustado comprar un sinnúmero de botellas de licor dependiendo del lugar (vodka en Rusia, whisky en Escocia, Rasiki en Turquía...) o tener la plata suficiente para recuerdos costosos (un tapete hecho a mano en Turquía, una lámpara para la casa, una matrioska gigante, un abrigo de piel, ropa, mucha ropa, zapatos, etc.). Había guardado billetes de cada lugar que visité, pero en un arranque de pobreza en Estados Unidos los cambié por dólares y así descubres que al final lo que más queda son los recuerdos, los pensamientos.

Gracias Dios por permitirme tener esta extraordinaria experiencia, gracias porque tengo y tuve mucho más de lo que esperaba. Es increíble lo vivido y creo que solo lo lograré comprender totalmente a la distancia.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Comparaciones

Se que es feo comparar y que la mayoría de las cosas que uno comprar suelen ser "peras con manzanas", pero es inevitable hacerlo. 
Escribo en el último día de mi viaje. Estoy en Nueva York, madrugando (parece que ningún lugar del mundo me quitará esa costumbre) y miro hacía atrás sin intensión, solo un poco sorprendida de lo extraordinario que ha sido este año y un poco temerosa de lo que viene (tengo un pensamiento sobre el equilibrio divino y me ha ido tan bien que me da miedo que la balanza se voltee).
Llegué a Nueva York cansada, pensando en el final de mi viaje, pensando en errores imaginarios (¿será qué estuvo bien viajar a lo largo del mundo con plata prestada?, ¿será qué está bien estar en Nueva York con María Sanín?, ¿será qué debí volver a Colombia mucho antes?, ¿será qué la plata me alcanza?..), pero como siempre, los miedos y las quejas se dispersan cuando decides vivir, y yo no me quería amargar los últimos 4 días de viaje.
Nueva York, la gran manzana, la gran ciudad... sigue siéndolo, siempre lo será. Estuve cuatro días relajada, haciendo solo aquello que realmente quería, esta es mi segunda visita a la ciudad y por lo mismo decidí visitar los sitios que no conocía, tomarme el tiempo para dejar atrás ser turista con todos los "debes" que eso implica.


Un paréntesis en esta parte:
En Rusia, como Marijuli y yo íbamos con Laura y Juanita todos los planes eran "debemos visitar", porque se supone que cuando vas a un lugar y no conoces lo que se "debe" es como si no hubieras estado en ese país. En Nueva York tuve la oportunidad de elegir no ver la estatua de la libertad o el memorial 9/11, que me juzguen los demás por no querer ver lo que todo el mundo ve.

Así fue como visité lugares que no conocía y decidí invertir mi dinero en una experiencia que sí quería tener desde Londres: ir al musical del Rey León. Es decir que mi experiencia fue la gratuita (caminar por Central Park, Time Square, Brooklin, High Line, Chelsea Market, Washington Square, etc), tuve tiempo para asumir que vuelvo a Colombia, tuve tiempo para pensar y pensar.
El puente de Brooklin me encantó

Strawberry Fields - lugar en Central Park dedicado a John Lenon (Uno de los muchos homenajes públicos, aquí en cada esquina, cada banca está dedicado a alguien o algo)


No puedo asegurar que no volveré a estar triste o brava o aburrida de la vida en Bogotá, pero se que después de viajar quiero seguir haciéndolo, el mundo es demasiado grande (o pequeño, depende de la perspectiva) para quedarse encerrado. La plata no es problema, siempre aparece, lo difícil es salir de Colombia.

Los mensajes llegan desde cualquier parte


Ahora una comparación que le da el nombre a la entrada, cuando visité Hong Kong tenía en mente Nueva York por los rascacielos, por el espacio (una isla), pero ahora que estoy aquí se que no tiene nada que ver una ciudad con la otra, Hong Kong no tiene espacio, en cambio aquí no sentí la misma claustrofobia... Quizá es solo mi perspectiva.